Me he bajado, casi como cayendo del pedestal
como fruto impermeable y maduro,
para inmortalizar y dar testimonio
de nuestro pasado germinando en el futuro,
mas de una vez pude presenciar
como la constelación de capricornio
se expande y regresa, pero se va a menudo,
y me destapa el vientre como puñal.
Resuena y despoja en mi mala memoria
un canto parecido a un amor de funeral,
como pretexto por besar su corta historia,
que llora la ausencia de su azul oscuro,
releo las palabras de su ultimo recital
que si no me cura, me mata de seguro
Porque haberle tenido me mantiene ensimismado,
me he perdido en su silencio y en su oratoria.
en esos muslos, esas orillas, esas cejas, esos pómulos
y esas mejillas que he besado de forma aleatoria
han llegado a golpearme como un insensato cúmulo,
como una fuerza dulce y triste que amortaja el corazón
Bambolea el tiempo en noches pendientes
como sus caderas se fundieron sobre las mías
hasta infernarlas, hasta volverlas ardientes,
creó un fuego que subió por mi columna,
rebasó mi pecho y explotó al llega a mi mente,
que hoy le pienso y recuerdo;
Su cuerpo como una masa viviente,
me dará de su alimento un bocado,
mientras sea un espacio como ausente
que sea el aire que infle mis pulmones,
mientras sea solo el sobreviviente
de su amor impuro que brota de su piel
suave, perfumada y palidecente,
en fin, toda la estructura que conforma su ser,
deshilvana mis acartonados versos y así es suficiente.
Me gustas así cautiva
En mi mente...
perversa,
me encanta cuando no puedo sacarte los ojos de encima.
Pero no sabe bien verte
Sin saber a qué sabes
Precisamente,
Pudiese ser yo
el que te ate,
El que te bese en la frente
Te hilvane dos versos
Una de mañana y otro hasta mañana,
Cualquier hora que desate
Tu suelta gana
de ser suelta,
Tu buena gana de desnudarte,
¡Ay que llegue el infame día!
que no esté yo de buena cara
al encontrarte,
Porque sabes bien perversa mía
Que no estoy yo para desperdiciarte
Ni tú estás para aguantar manía,
Del no saber que es más extraño
Quererte o extrañarte,
Aún más todavía
Del que pueda yo ir ocultando
Porque con lo dos ya no puedo,
Uno beso y al otro muerdo.
